La microbiota intestinal es la comunidad de microorganismos vivos residentes en el tubo digestivo. Numerosos estudios se refieren hoy al intestino como ‘el segundo cerebro’, y es que su labor es indispensable para el correcto crecimiento corporal, el desarrollo de la inmunidad y la nutrición, y se sabe además que su equilibrio es sensible también a factores como el bienestar emocional y el estrés.
Las alteraciones en la microbiota intestinal pueden explicar, por lo menos en parte, algunas epidemias que sufre actualmente la humanidad como el asma y la obesidad. La disbiosis (desbalance del equilibrio microbiano de la microbiota normal debido a cambios cuantitativos o cualitativos de su composición) se ha asociado a una serie de trastornos gastrointestinales que incluyen entre ptros muchos el hígado graso no alcohólico, la enfermedad celíaca y el síndrome de intestino irritable.
Pero, ¿cómo mantener en perfecto estado de salud nuestra microbiota intestinal?
Fibra: un aumento en el consumo de fibra mediante la ingesta de setas, frutas, semillas, vegetales y cereales ayuda a preservar su óptimo estado de salud, y es que sirve para que las bacterias intestinales buenas produzcan ácidos grasos de cadena corta, y protejan así la barrera intestinal de organismos patógenos.
Prebióticos y Probióticos: las sustancias prebióticas pueden controlar la disbiosis intestinal favoreciendo el crecimiento de Bifidobacterium spp. y Lactobacillus spp. Según diversos estudios los probióticos mejoran la función de la barrera intestinal y previenen la adhesión y colonización de patógenos y toxinas.
Dieta Mediterránea: La dieta mediterránea se ha asociado con una protección significativa de las enfermedades crónico degenerativas por su alto contenido en frutas y verduras, aceite de oliva y pescados con altos contenidos en omega 3.
Ayuno Intermitente: Estudios muy recientes indican que el ayuno intermitente promueve la producción de una mayor abundancia de bacterias beneficiosas de los grupos Bacteroides fragilis y Akkermensia muciniphila. Disminuye la cantidad de otras bacterias (aunque no de manera significativa) y da lugar a una reducción de la concentración de colesterol total y de la glucemia (concentración de azúcar en la sangre) en ayunas.
Es fundamental tener presente que cuidar nuestra microbiota intestinal hace que nuestra calidad de vida sea mayor, que nos encontremos con más energía y que como en Harmonie sabemos de primera mano, su equilibrio repercuta positivamente en el aspecto de nuestra piel y ralentice su envejecimiento.